En estos tiempos parece increíble que edificios como la Casa del marino, construida en 1945, y el Observatorio, de la época del porfiriato, se encuentren en franco abandono por parte de las autoridades, inversionistas y ciudadanía de Mazatlán. El caso del primero no tiene comparación en cuanto a su gravedad, por estar ubicado en pleno paseo Claussen, a un lado del fuerte 31 de marzo, se podría pensar que es de primera importancia para tener una bella imagen del puerto y de su malecón, sin embargo esta a poco de ser declarado inutilizable y candidato a la demolición. Pensaríamos que después del gran avance que resultó para el puerto, tanto en lo cultural como lo económico, el rescate del centro histórico a finales de los ochenta del siglo pasado, estos problemas no deberían seguir existiendo. Ya en la historia de Mazatlán la indiferencia e ignorancia causaron la desaparición de otros tantos edificios y monumentos que fácilmente podrían estar protegidos como patrimonio histórico y que ahora, lamentablemente, se encuentran en esta lista para mantener el recuerdo de quienes caminaron a un lado, trabajaron o vivieron en ellos.
1. Torre de Babel
Durante la segunda mitad del siglo XIX Mazatlán se convirtió en el solar de muchos almacenes comerciales de inversionistas extranjeros, uno de los más emblemáticos fue el que fundarían las familias Mendía, Hernandez y Redo sobre la calle Principal en 1866. El edificio, uno de los más lujosos e importantes de su época, tenia un mirador en el tercer piso y en su interior podían conseguirse telas y muebles de Europa y Japón, maquinaría y materiales para la industria minera y agrícola de procedencia estadounidense, así como alimentos y bebidas también de importación. El negocio prosperaría hasta 1912, cuando la revolución obligó a sus dueños a cerrarla. Fue demolida en 1964, donde actualmente se levanta el hotel Central.
2. Banco de Mazatlán
Aunque este edificio no fuera demolido por completo, para nuestro flaco consuelo, el haber perdido más de la mitad de sus dimensiones originales, en pos de ese restaurante sobre el paseo Olas Altas que en nada se comparan con su grandeza arquitectónica, le dan un lugar en esta lista. El rincón que se alcanzó a rescatar es uno de los más antiguos y conservados del puerto, datando de 1870 su construcción por ordenes del diplomático inglés John Kelly, quien rentaba la planta baja a Óscar Smtih, comerciante de oro y plata. Su nombre le viene de la casa bancaria que fundó aquí José H. Rico en 1928 y que durante la primer mitad del siglo XX apareció en todas las fotografías que se tienen de aquel viejo malecón.
3. Quinta Echeguren
Los Echeguren llegaron a Mazatlán a principios de la decada de 1840 y llegarían a convertirse en la familia más acaudalada del puerto a finales del siglo XIX. La casa donde residian, según testimonios de un joven Amado Nervo, fue el escenario de las fiestas más fastuosas de la élite mazatleca, hasta que en 1903 esta es incendiada por ordenes del ayuntamiento, ya que el encargado de cuidarla fue victima de la peste bubónica. Un año después Pedro Echeguren y Herrerías volvería la reconstruiría, esta vez a imitación de la casa que tenia en España. Don Pedro moriría en 1907 y su mansión sería motivo de tenebrosas leyendas hasta 1944, cuando un rayo redujo a cenizas su planta alta. Su posterior abandono destruyó lo que quedaba.
4. Banco Occidental
Uno de los edificios más bellos del puerto, construido al puro estilo art-nouveau, tan de moda cuando en 1907 se levantaron sus muros y ventanales sobre la calle Principal. Antes de esto, en aquel sitio establecieron sus residencias importantes comerciantes y políticos del puerto y el estado, siendo incluso sede de la municipalidad de 1855 a 1868, hasta que el Banco Occidental de México, fundado en 1898, consiguió este predio para construir sus oficinas centrales. En algún momento la institución mazatleca, desaparecida durante la nacionalización de los bancos en 1982, dejó de mantener sus oficinas en este edificio, que por ordenes del entonces futuro alcalde de Mazatlán. Mario Arturo Huerta, fue demolido en 1965.
5. Escuela Morelos
Una de las primeras del puerto, abierta en la actualidad, conservando su mismo nombre pero sin la fachada e interiores que en sus inicios la harían una de las más icónicas en la región. Durante mucho tiempo fue conocida como La Duquesa, debido a que antes de que se fundará la escuela en 1908, en su edificio funcionaba una fabrica de hilados con este nombre. Por aquí pasaron generaciones de mazatlecos bajo la tutela del profesor Refugio Rolón, educador socialista al que se le han dedicado calles y escuelas en el puerto, siendo una de ellas la emblemática y ahora nombrada Ángel Flores. El edificio, sin estar abandonado o deteriorado como los otros, caería en 1969 por orden del gobierno que buscaba modernizar sus instalaciones.
Sin duda alguna estos son los edificios más representativos de una lista que podría continuar con otros establecimientos como la Bola de Oro, la Botica Alemana o La Elegancia, centros de importancia social y cultural que le dieron luz al Mazatlán de entonces y oscuridad al de ahora. Si bien es cierto que de nada nos sirve mantener viejos muros abandonados, podemos tomar dos ejemplos de la ciudad austriaca de Innsbruck, donde el palacio de invierno de los emperadores germanos es utilizado en la actualidad, conservando su majestuosa fachada, como edificio departamental para los decendientes de las familias que perdieron su hogar durante la segunda guerra mundial, y donde su catedral fue reconstruida piedra por piedra después de ser bombardeada durante el mismo conflicto bélico. También es verdad que hay que invertir hacía el futuro, con obras arquitectónicas que pongan en alto el nombre del puerto y su modernidad, sin embargo no hay que olvidarnos del pasado que fue y sigue siendo importante, o ¿acaso serías indiferente al ver la casa del marino o el observatorio en esta lista?
La casa del marino y el fuerte deberían de ser rescatados, que podemos hacer los mazatlecos?
Pienso debería(mos) integrar un grupo que promueva el rescate de esos edificios en peligro de que hasta algún ocurrente decrete su destrucción.. Tal pudiera ser el caso de la casa del marino y fuerte carranza, y otros..