Cuando el político liberal e ilustre ensayista Eustaquio Buelna afirmo que el grupo de comerciantes extranjeros de Mazatlán eran los que detentaban el verdadero control político, social y militar del puerto, es muy probable que no estuviera equivocado. Desde Juan Nepomuceno Machado hasta José Oscar Sánchez Osuna, el puerto ha sido cuna de grandes ideas, compañías mineras, comerciales, industriales, bancarias, navieras y hoteleras, hasta el día de hoy. Y si bien muchos son los nombres que guardan algunas calles, avenidas y colonias del puerto como Jorge Claussen o Germán Evers, son de especial importancia aquellas fortunas que se amalgamaron y trascendieron generaciones de una sola familia, esos apellidos que contaban más que los propios nombres. Las diez familias enumeradas a continuación han ido heredando el rumbo económico y social del puerto desde el siglo XIX, como verdaderos aristócratas de su época, y han utilizado parte de su poder para afectar la cultura e infraestructura de Mazatlán y los mazatlecos.

1. Echeguren

56De ascendencia española, para muchos la familia más adinerada del puerto durante la segunda mitad del siglo XIX. José Martín Echeguren llegaría a Mazatlán en 1842, aquí fundaría dos prosperas compañías, financiando parte de la construcción de la Casa municipal en 1857 y el Hospital militar en 1862. Su hijo Pedro Echeguren de la Quintana sería el principal impulsor en la construcción de la catedral hasta su muerte en 1877, mientras que Francisco, su otro hijo, invertiría en la industria portuaria, creando la Fundición de Sinaloa, la más grande del noroeste mexicano, y financiando la construcción del Mercado municipal en 1899. Los descendientes de ambos partieron de vuelta a Europa entre el siglo XIX y XX.

2. Melchers

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Procedentes de Bremen, Alemania, ellos fueron los grandes rivales, sino es que los únicos, para los Echeguren. La reconocida Casa Melchers es fundada en 1846 por los hermanos Enrique y Jorge, quienes al igual que los Echeguren financiaron una parte de la Casa municipal y el Hospital militar, para granjearse la simpatía de los porteños, quienes a sabiendas de que practicaban contrabando, los dejaban ser. En 1869 ingresarían sus descendientes Carlos y Alejandro Melchers, quienes impulsarían la fabricación de la cerveza Pacifico y la proyección de la música de banda. En 1895 estos últimos deciden volver a Alemania, dejando su empresa bajo la dirección de otros socios alemanes.

3. Valadés

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A diferencia de las otras familias que acompañan la lista, los Valadés no eran hombres de negocios, sin embargo su lucha por la libertad y democracia los llevó a ser dueños de los periódicos de protesta más importantes del estado. Desde el medico Juan Jacobo Valadés, quien dejaría a un lado su profesión para luchar en contra de la intervención francesa y su hijo José Cayetano Valadés, fundador y director de La Tarántula, cuyas acusaciones al gobierno de Francisco Cañedo le costaría la vida. El bisnieto del primero, José Cayetano Valadés Rocha fue también un periodista y político importante a nivel nacional, mientras que sus otros bisnietos, Fernando y Miguel Valadés Lejarza, resaltarían como compositor e historiador, respectivamente.

4. Rico

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Después de su llegada al puerto en epocas de la intervención francesa, José H. Rico, director y asociado de varias compañías, se hizo cargo de diferentes puestos públicos como la Presidencia del ayuntamiento en 1887 y de la Cámara de comercio en 1889. En la decada de 1920 se asocia y hace propietario de varias compañías mineras, fundando en 1928 su casa bancaria. Para 1931, su hijo José J. Rico funda su primer empresa inmobiliaria y transforma el negocio familia en el Banco de Mazatlán en 1933. Con ello impulsa la creación del Club deportivo Muralla en 1943, afición que heredaría su hijo José Rico Mendiola, quien en 1945 crea la sociedad Base Ball de Mazatlán, con la finalidad de generar jugadores y fanáticos en el puerto.

5. Felton

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Corría el año de 1871 cuando los hermanos Herbert y Walter Felton, procedentes de Estados Unidos, instalaron su fabrica de fósforos en Mazatlán. Con los años añadirían a su sociedad la fabricación de carruajes, escobas y hielo, resguardado entonces en la cueva del cerro de la Nevería, función que le dio su nombre, además de incursionar en el prospero negocio de la minería. En 1911 Carlos J. Felton comienza a trabajar en la fabrica de su padre, impulsando la entrada de los primeros automóviles al puerto, así como la creación de diferentes empresas e instituciones como el Colegio del Pacifico, heredando gran parte de su fortuna para la creación en 1993 de la Escuela de Artes y Oficios que lleva su nombre.

6. Coppel

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De origen polaco, esta familia comenzó sus andanzas en Mazatlán cuando llegó el judío Isaac Koppel Kolcheski en 1873. El minero y director de Coppel Hermanos, mejor conocido como Papá Polón, enviudó dos veces y se casó tres, contando al final de su vida con alrededor de cuarenta vástagos. Sería Enrique Coppel Tamayo, un bisnieto descendiente de su primera esposa, quien fundaría en el puerto la tienda El Regalo en 1939, antecedente directo de las actuales tiendas Coppel. Otro de sus bisnietos, esta vez de su tercera esposa, Ernesto Coppel Kelly fundaría la cadena hotelera Pueblo Bonito en 1987, construyendo su primer hotel en el puerto, mientras su esposa, Leticia de Coppel, abriría con su fundación el museo Casa Machado en 1999.

7. Haas

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Cuando Guillermo Haas de la Vega, hijo del soldado alemán August Haas y, por lado de su madre Rafaela, nieto de Rafael de la Vega, miembro de una familia que gobernó Sinaloa hasta mediados del siglo XIX, llegó al poblado del Roble a plantar sus cañaverales y fundar su ingenio azucarero en 1895, ya era dueño del Hotel Central, los almacenes del Nuevo Mundo y el Banco Occidental en Mazatlán. Uno de sus nietos, tataranieto por lado de su abuela del expresidente de México Valentín Canalizo, Antonio Haas Espinoza de los Montero fundaría el premio Mazatlán de Literatura, ganó dos veces el premio nacional de periodismo y promovería el rescate del abandonado teatro Ángela Peralta, así como de todo el centro histórico del puerto.

8. De Cima

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La primera noticia que se tiene de esta familia de origen ibérico-estadounidense en el puerto trata sobre el establecimiento de la compañía de energía electrica de Arthur De Cima León en 1896, la segunda en el puerto después de la instalación hecha por Escovar y Hermanos. Arthur venia con su padre, Juan De Cima, quien había ganado fortuna en compañías mineras desde su estadía en San Francisco. Apenas un año después, en 1897, el ayuntamiento le daría la concesión para operar un tranvía en el puerto. De 1905 a 1928 operó el monopolio del servicio de agua, luz y telefonía en Mazatlán. En 1959, su nieto Arthur David De Cima construye el hotel que lleva su apellido, el primero en contar con teléfono y aire acondicionado.

9. Rice

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La familia duranguense Rice llegó al puerto en 1896 liderada por el joven Maximino Rice Martínez, buscando un mejor porvenir. Maximino, con experiencia en la minería a una corta edad, se empleó de inmediato en la Fundición de Sinaloa hasta que en 1909 abrió su propio taller de herrería dedicado a la reparación de barcos. En 1919 comienzan a trabajar en el taller sus hijos Julia, Andrés y Luis Rice Morales, con los que empieza la fabricación de herrajes y hélices para pequeñas embarcaciones. Para 1940 la compañía comenzó a dedicarse a la construcción de flotas pesqueras de diversa envergadura. En 1962 se incorpora la tercer generación a la ya consolidada empresa, reconocida hoy a nivel internacional.

10. Berdegué

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Cuando el biólogo español Julio Berdegué Aznar, quien llegó a México como refugiado político, inaugura su campo de golf y Country club en 1972, ya era un reconocido magnate de la pesca, dueño de la flota más grande del Pacifico entonces. En 1974 agranda su influencia hacía la creciente industria hotelera fundando el primer hotel de su cadena El Cid Resorts. A lo largo de su vida fungió como Secretario de Pesca en 1965 y presidente de la asociación de hoteles en 1990, además de numerosos premios a empresario del año. Sus hijos Carlos, Fernando, Julio y Mariano Berdegué Sacristán continúan dirigiendo la empresa de su padre, expandiéndola hacía otros destinos de playa en México.

Desde luego esta lista tendría que hacerle justicia a otras familias como los Loubet, Marini, Medrano, Kronemeyer, Patrón, Madero, Lizárraga y De Rueda, entre muchos otros, que con su esfuerzo y dedicación plasmaron sus apellidos en diferentes obras empresariales y beneficencia pública para el pueblo mazatleco. En este caso revisar el pasado es comprender el presente y planear el futuro, tanto personal como colectivo, como en algún momento lo hicieran los grandes hombres y mujeres que manipularon el crecimiento de Mazatlán muy aparte del apoyo gubernamental.

Fuente: DocediezMeraz